Sólo quien ve día a día el crecimiento del niño tiene la noción real de cómo el tiempo vuela. En un abrir y cerrar de ojos, pasaron 25 años desde que la línea Mamá y Bebé fue creada. O sea: nuestra marca se volvió una adulta muy especial ¡con alma! Sin querer ser adulador (y ya siéndolo), es de aquellas que dan un gran orgullo. ¿Sabes por qué? Porque ella viene innovando, sin perder delicadeza.
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Vínculo que construye
Desde el inicio defendemos la importancia del vínculo de amor entre mamás y bebés ya a partir de la gestación. Siempre creemos que un adulto feliz es el futuro natural de un bebé bien cuidado, con cariño.
En estos 25 años, la línea Mamá y Bebé fue evolucionando junto con el mundo. Las familias hoy tienen muchas caras. Los chicos también cambiaron y son más participativos en la crianza de los hijos. Y los hijos de hoy tienen mucho más referencias que el año pasado para ampliar sus horizontes y crecer con más posibilidades y libertad que nunca
“¿Qué mundo vamos a dejar para nuestros hijos? ¿Qué hijos vamos a dejar para el mundo?” son preguntas que van con la trayectoria de Mamá y Bebé. Desde 1993, cuando lanzamos la Línea como pionera en Brasil en productos para la mamá y para el bebé, nosotros nos guiamos por la responsabilidad de saber que “hay vida en nuestras manos”. Estrechamos lazos afectivos, primero, por medio de masajes. Después, llamando la atención para nuestros cinco sentidos.
Comunidad
Y ahora, más que nunca, con empatía y acogida, buscamos fortalecer los vínculos emocionales, físicos y espirituales del niño en los días de hoy, reconocemos que es necesario ampliar los vínculos y permitir que, además de los padres, otras personas formen parte de este lazo de amor y cariño que envuelve el crecimiento de un nuevo ser.
Creemos que cada nuevo niño tiene su contribución fundamental en el presente y por un futuro mejor en su familia y en la comunidad donde vive. Intercambiar talentos y compartir experiencias son principales actitudes en una sociedad en transformación. Pero, desde bebé, el niño ¿es capaz de transformar? Sí, desde que nace él cambia la forma como sus padres ven el mundo. Cualquier adulto que tiene el privilegio de “crecer” junto con un niño, revisa sus valores, obtiene sensibilidad y la oportunidad de mirar al mundo nuevamente como si fuera la primera vez.
Y ahí, en esa hora, mamás, papás, abuelos, tíos, amigos, profesores o hasta los mismos vecinos encuentran disposición extra para vivir con más calidad valorando lo que realmente es esencial y especial. Al final, ¿qué es la vida si no una cadena de relaciones? Es necesario saber cultivar y celebrar ese milagro. Mientras más cuidado y cariño, ¡mejor! Es lo que la línea Mamá y Bebé tiene el placer de proporcionar hace 25 años, un poco por día, todos los días, ¡para siempre!
Patricia Travassos