La higiene de manos es un acto reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como uno de los más efectivos para la prevención de enfermedades. Por eso, en medio de esta pandemia del Coronavirus, debemos adoptarla como un hábito permanente y frecuente y, de esa manera, unirnos para detener el contagio. Al final, cada persona es un mundo, y todo el mundo importa.
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Cada persona es un mundo y todo el mundo importa
A pesar de la paranoia desenfrenada por el alcohol en gel – cuyo grado alcohólico recomendado es 70% alcohol- 30% agua- el agua y el jabón es tan efectivo como el alcohol en gel. Por lo tanto, es bueno optar por este recurso más viable a la hora de realizar la higiene de manos.
¿Cuándo lavar las manos?
Además de los momentos más habituales, como antes o después de cocinar, y luego de ir al baño, es importante lavarse las manos cada vez que se tuvo contacto con picaportes de puertas externas, botones y superficies comunes como los elevadores barandas, carros de compras en supermercados, dinero y cualquier objeto compartible.
En el caso que no sea posible lavarse las manos después de situaciones como estas, el Ministerio de Salud indica no tocarse la cara, los ojos y nariz hasta que la higiene sea realizada de manera satisfactoria. Recordando que, si fuera posible tener un frasco de alcohol en gel, la protección inmediata sería garantizada.
¿Cómo lavarse las manos?
Aunque parezca simple, el lavado de manos requiere algunos cuidados específicos, los mismos utilizados por los profesionales de la salud. Entre ellos está el tiempo de duración más adecuado. La OMS orienta que el ritual completo debe durar entre 40 a 60 segundos – O el equivalente a cantar el “Cumpleaños feliz” dos veces seguidas.
1. Moja tus manos con agua.
2. Esparce el jabón por toda la superficie de tus manos.
3. Enjabona las palmas de tus manos haciendo fricción entre si.
4. Refriega la palma de la mano derecha contra el dorso de la mano izquierda, entrelazando los dedos.
5. Repite el proceso anterior con la mano izquierda contra el dorso de la mano derecha.
6. Entrelaza los dedos y fricciona los espacios entre ellos.
7. Refriega el dorso de los dedos de una mano con la palma de la mano opuesta (y viceversa) asegurándote el movimiento de vaivén.
8. Refriega los pulgares con ayuda de la palma de la mano opuesta, haciendo un movimiento circular.
9. Fricciona los dedos y uñas de una mano contra la palma de la otra, haciendo un movimiento circular.
10. Enjuaga primero los puños.
11. Enjuaga ahora las manos enteras, evitando el contacto directo de las manos enjabonadas con el grifo.
12. Seca las manos con una toalla de papel.
13. Usa la toalla de papel para cerrar el grifo. ¡Listo! ¡Tus manos están limpias!
Este es uno de los desafíos más grandes que hemos vivido como sociedad. Juntos, podemos parar el contagio.